En la madrugada de este sábado 19 de noviembre, más precisamente a las 2:10 hs, los vecinos del sector de Bv. Sáenz Peña al 400, se vieron sorprendidos por un repentino, fuerte y penetrante olor a gas que invadió rápidamente los domicilios del lugar. El olor era intenso, e hizo temer en un primer momento por una rotura de un caño de gas natural.
Inmediatamente llamaron a los Bomberos Voluntarios, quienes en cinco minutos llegaron al lugar.
También se hizo presente un móvil policial, personal de Defensa Civil de la Municipalidad y personal de Emprigas. Por largas horas, se estuvo tratando de localizar el lugar de donde provenía el fuerte olor, que provocaba un fuerte dolor de cabeza y sequedad en la garganta a las personas que permanecían fuera de sus domicilios .
Con un detector de gases, el personal intentó en vano hallar el lugar exacto de donde emanaba el gas. Recién cerca de las cinco de la mañana, con la llegada de la luz del día, se pudo localizar la fuente: en un sector de la vereda, donde hay césped, se observó una mancha de humedad en la tierra, lo que hizo que la gente de Emprigas y Defensa Civil dedujera que alguien había volcado en él, un líquido odorizante, que se utiliza para dar olor al gas natural.
El olor fue tan fuerte, que personas de calle Catamarca, del Barrio La Milka, también llamaron a Defensa Civil por temor a un escape de gas.
Ahora bien, quien haya provocado este hecho, merece el mayor de los repudios. No sólo porque movilizó al cuerpo de Bomberos, policía, Defensa Civil, personal de Emprigas, sino que alteró el descanso de innumerables vecinos que no pudieron continuar con su sueño pues era imposible hacerlo, ya que sus domicilios estaban totalmente invadidos por el fuerte olor.
Además, la panadería Ferwal, que se encuentra muy cerca del lugar, tuvo que apagar sus hornos por el término de casi tres horas, por el peligro que significaba que éstos continuaran trabajando en esas condiciones,con el consiguiente perjuicio que este hecho produjo.
Personas mayores, enfermas, tuvieron que ser despertadas para evitar cualquier inconveniente de salud. Un matrimonio con su hijito pequeño, se retiró de su domicilio y pernoctó en otro lugar.
En horas de la tarde, antes de la llegada de la lluvia, aún el olor era muy fuerte.
Desde aquí, nuestro mayor reconocimiento a todo el personal encargado de velar por nuestra seguridad, quienes estuvieron varias horas tratando de solucionar el problema.
Algunas personas, ya por la mañana, decían que también alguien pudo haber vaciado una garrafa en esa esquina.
Cualquiera fuese el hecho, la persona que lo haya provocado, amparado en la oscuridad de la noche, es merecedor de nuestro mayor repudio y condena.
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