ESPERANZA VERSUS DESILUSIÓN

No sabía cómo titular esta entrada, pensé también FUTURO VERSUS DESESPERANZA.

De qué se trata? Les cuento:

El viernes 16, niños de las salitas de 4 del Jardín de Infantes de la Escuela Rafael Nuñez, visitaron nuestra plaza, la Plaza Samiento, y nos dejaron como regalo un hermoso palo borracho, con una placa indicando quiénes lo habían plantado.

Para los niños, plantar un árbol, no es sólo un símbolo; significa para ellos aprender a amar la naturaleza, cuidarla y respetarla. Los llena de ilusión y les enseña el valor del respeto a la naturaleza. Por eso sus maestras hacen que los niños se acerquen a ella, que la experimenten y que la disfruten, pues el contacto con el medio natural resulta fundamental en los primeros años de vida.

Y el hecho de plantar un árbol en otras plazas de la ciudad, es una práctica educativa de transmisión de valores como la solidaridad, la convivencia, y el compromiso social de la reforestación.

Las dos fotografías fueron tomadas el domingo 18, en horas de la noche. Sin embargo, el lunes 19 por la mañana, la imagen era otra.

El vandalismo y la desaprensión se hicieron presentes. Y arrasó con la ilusión de los pequeños y de sus maestras, que con tanto amor dejaron allí su huella.

En horas de la noche, que es cuando no hay placero, rompieron el retoño de palo borracho, y destrozaron la placa. ¿Por qué? No tenemos respuesta. 

(Y no es la primera vez que esto sucede).

Lo único que se me ocurre es que los que hicieron esto, están sumidos en la desesperanza. Y que son los mismos que ejercen su violencia contra otros bienes públicos, no sólo en los árboles.

Es fundamental , para disminuir estos hechos de vandalismo, insistir con la educación en todos los niveles, empezando en el hogar y en la escuela; por eso, estas maestras del nivel inicial, casi en silencio, apuntan a un nicho que podría modificar este escenario negativo y convertirlo en un auspicioso futuro para nuestra sociedad: los niños.

Nuestro Centro Vecinal arbitrará los medios necesarios para reponer el árbol. Pero nos queda un sabor amargo por lo ocurrido, y mucha pena por quienes actúan destruyendo lo que es patrimonio de todos.

Elsa

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