Autores ignorados provocaron importantes daños en nuestra Sede Vecinal.
El lamentable episodio fue descubierto en la tarde de ayer por una integrante de la Comisión Directiva.
Los actos de vandalismo por parte de los desconocidos, incluyeron la rotura de todos los vidrios de una ventana, además de los apliques y lámparas de dos luminarias ubicadas en la parte posterior del edificio, que linda con los terrenos del ferrocarril.
Los daños sobre las lámparas y los vidrios fueron ocasionados por piedras, que se encontraron en el interior de la sede.
Y además dañaron las paredes recientemente reparadas y pintadas, al golpear sobre ellas las piedras.
Suponemos que la acción de destruir las luminarias tiene como objetivo el aumentar la inseguridad y además con la intención de provocar daños. Estas personas son víctimas de la ignorancia y de la poca valoración que tienen por el trabajo de los demás.
Sentimos bronca porque hacemos todo por mejorar el edificio, para hacer de él un lugar para todos los vecinos, para dignificar estas instalaciones y nos encontramos con estos hechos de violencia inexplicables.
Nuestra Comisión evalúa implementar nuevas medidas de seguridad para prevenir que se vuelvan a repetir hechos de este tipo, a la vez que pide la colaboración de los vecinos del sector para denunciar estos actos que deterioran las instalaciones vecinales y que suponen un gasto extra que debemos enfrentar.
Romper un vidrio fue, es y será una de las travesuras clásicas —más clásicas— de la infancia. A veces, romper un vidrio puede ser parte de un juego con final en penitencia (cuando un pelotazo va a un arco no deseado), a veces puede ser parte de una violencia infantil heredada pero tampoco ingenua , a veces los vidrios rotos marcan la furia de la exclusión y a veces el desborde de la inclusión a la fuerza.Pero el minuto después de los vidrios rotos marca —como en un camino plagado de vidrios— el sendero de los caminos sociales.
Fotos: Elsa
No hay comentarios:
Publicar un comentario